domingo, 3 de septiembre de 2017

Prótesis impresas revolucionan la medicina

La Organización Mundial de la Salud (WHO, según sus siglas en inglés) estima que hay alrededor de 30 millones de personas en los países de bajos ingresos que necesitan prótesis de articulaciones, soportes de algún tipo u otros dispositivos que les permitan movilidad. Hoy, gracias a la impresión en 3D todo esto es fácil, rápido y barato de conseguir.


La impresión en 3D viene al rescate de los problemas que ocasionan los altos costos. Se la comienza a llamar "fabricación aditiva" y está revolucionando aspectos de la medicina desde que comenzó el siglo XXI, del mismo modo en que ha revolucionado tantas otras industrias, desde autos hasta ropa.

Su mayor ventaja es que permite construir objetos a medida en forma rápida y barata, algo que en medicina es revolucionario porque casi no hay ningún sector donde los productos deban adaptarse a tanta cantidad y variedad de tamaños y formas que los seres humanos.

Los expertos han desarrollado piel impresa en 3D para quemados, stents para que respiren los bebés, partes para la reconstrucción facial de pacientes con cáncer e implantes ortopédicos para ancianos.

Esta tecnología en su veloz desarrollo ya ha desarrollado más de 60 millones de protectores para audífonos, para que el aparato electrónico encaje perfectamente en la cavidad de la oreja y a diario producen miles de coronas dentales puentes a partir del escaneo digital de los dientes. Todo esto trastorna felizmente los métodos tradicionales de modelar con cera que se vienen usando desde hace siglos. Las cirugías de mandíbula y los reemplazos de rodilla se realizan ahora usando guías impresas en las máquinas.

No es de extrañar, entonces, que esta prometedora tecnología haya adquirido tanto interés para el área de las prótesis o partes humanas artificiales.

En respuesta a esta revuelta, se creó una comunidad llamada "Enabling the Future" que se enfoca en desarrollar diseños que luego puedan imprimirse a escala y hacer así posible que los dispositivos están al alcance de mucha más gente. Liam Owen, quien está al frente del proyecto, convenció a un fabricante de impresoras a donar dos máquinas que son las primeras en imprimir una mano en 3D.

Owen publica los archivos en fuente abierta para que cualquiera pueda tener acceso a ellos. Esto significa permitir que otras personas también colaboren, usen y mejoren los diseños. La comunidad ya tiene 7.000 miembros en muchos países y tiene acceso a 2.000 impresoras que fabrican brazos y manos para quienes las necesitan.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Ensayo CODA que examina la viabilidad del tratamiento solo con antibióticos para la apendicitis

Los líderes de la prueba comparativa de los resultados de los antibióticos y la apendicectomía (CODA) proporcionaron una mirada al interi...